viernes, 10 de diciembre de 2010

Un Àngel llamado Fernanda...


¿Cuándo le conocí? no supe por qué lugar me llego el amor…, Solo de pensar, que en sus ojos se reflejaba mi imagen, me llenaba de gran felicidad, mi corazón se hinchaba de regocijo, mis manos empezaban a sudar, ¿había encontrado un Ángel? Era ella el ser perfecto que mi corazón había escogido para mí, acaso ¿Dios con su gran amor, por fin se había acordado que necesitaba una compañera en mi vida? No lo sé, en ese instante nada importaba, nada de lo que había en este mundo era significativo para mí, de primer instancia, quise acercarme a ella, decirle ¿Cómo estás? Saber su nombre, o ¿no se? Algo que atrajera toda su atención hacia mí, pero mis piernas no me respondían, ¿acaso era miedo? ¿A caso era temor a ser rechazado, con una simple palabra de sus labios?, pues tontamente así lo creí, me conforme con mirarle mientras mis compañeros le invitaban a bailar, yo disfrute mucho admirando su encantadora gracia al moverse, me daban ganas de cantar, de decirle al oído que el amor a primera vista si existía, que ella era el ejemplo vivo de que estaba locamente enamorado… ahora lo recuerdo y me da risa, imagino que ¿mi cara? Era como la de aquel niño que se queda prendado de las nubes del cielo cuando el arcoíris cruza por frente de su ventana en una tarde lluviosa… así es como pude saber que ella era la indicada, la mujer que durante años estuve buscando, quien llenaría de alegría mis días, deje que ese día transcurriera como si nada...


Al día siguiente le mire de nuevo, hacía poco que había entrado a trabajar en mi empresa y como yo me lo pasaba de aquí para allá, jamás me di cuenta cuando empezó a laborar en la firma, al principio me miraba como si le diera igual si existía o no, eso me desilusiono mucho, yo ocupaba algunos instantes para salir a fumar un cigarrillo con una de las compañeras de trabajo, pero al pasar el tiempo, ella misma fue quien se encargó de que ¿Fernanda y yo?, pudiéramos conversar, de ahí la oportunidad de invitarle a tomar un helado, algo que creí, sería imposible, pues a muchos de los chicos del trabajo les gustaba la misma mujer que a mí y no era raro que le invitaran siempre a salir con ellos, sin embargo? Ese día, me anime a invitarle y tuve la suerte de que aceptara salir conmigo… entre la plática? supe de su forma de vida, sucesos que habían marcado muy especialmente su forma de ser, pude entender que vivimos una infancia muy similar, en donde el dolor y la tristeza habían formado parte de nuestra existencia, al fin se animó a preguntarme algo, algo que no imagine que sería relevante entre los dos, ¿qué significaba un beso?, un simple y sencillo beso, mi primer respuesta era que nada, que no sucedía nada a partir de un beso, que debía haber más que simples y sencillas emociones en la entrega de algo tan preciado, para que pudiera existir el amor, como estaba equivocado, al terminar la tarde y ¿tener que pasar por su pequeño?, me atreví a pedirle que ¿si podría regalarme un beso?, es un hecho que el que te digan No!! Es una respuesta que se tiene ganada desde antes de hacer la pregunta, ¿pero en ese instante? Me dijo que si, su cabello claro, sus labios rojos y su piel blanca!! Me invitaron a disfrutar del mas delicioso regalo de Dios, porque ¿sin tener la intención?, en ese preciso instante, me enamore de ella, ¿cómo sucedió? Aun no me lo explico…simplemente se dio, y a partir de ese momento, me di cuenta que jamás en mi vida volvería a ser el mismo hombre que antes de conocerla… así es como empieza mi historia con la mujer más bella y buena del mundo, un Ángel llamado Fernanda….

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