martes, 30 de noviembre de 2010

Mientras Respiras

Te diré algo...
quiero confesar por fin
esto que me quema el alma
en verdad quiero besar tus labios
ya no imaginare tu boca...
soy de la idea de que las cosas
son más bellas si se dan de frente...
mirar tus ojos mientras te tomo de las manos...
abrazarte y sentir tu cuerpo cerca del mío...
que tu pecho se llene de suspiros...
mientras mis manos resbalan por tu cintura...
quiero tomarte despacio...
que tu respiración se entrecorte
mientras mis manos ociosas buscan
cada detalle tuyo entre mis dedos,....
que el húmedo saludo de tu piel,
me incite a saber que estas lista para mi...
que el silencio del lugar
solo sea roto por el  sonido de tu voz!!
esos dulces y cándidos sonidos de placer...
quiero que sientas mi piel desnuda entre tus piernas...
que me moje cada movimiento tuyo
pleno candente... cadencioso...
quiero sentir como se prenden tus labios 
mientras me escondo entre tus piernas...
quiero que me beses y dejes que mi cuerpo fluya
con dulce danza en un va y ven de pasión....
hasta que no puedas más y me abraces
mientras vienes conmigo en este viaje sin final....
hare que sientas mi calor,
por todos los rincones de tu cuerpo...
 quiero poder abrazarte y no dejarte ir a ninguna parte..
pero solo será un abrazo amor...


 quiero poder sentir lo suave de tu piel...
 que se mezcle entre mis manos el aroma de tu perfume...
 poder sentir despacio como tu pulso se acelera mientras te beso...

 te tomaría en mis brazos..
 y te posaría en un lugar, en donde las flores pierden
sus pétalos con la suave briza del mar...
 buscando dentro de ti el néctar del amor...
 en un vaivén

húmedos rincones, que se unen en una sola carne...
 quiero que me aprietes entre tus suaves pétalos...
 que me dejes unir al cielo
¿entre más te miro? más deseo ser parte de ti...
 
ocasos de verano... dulces palabras de amor..
deja que me pierda entre más pruebo de tus labios
en ese manantial de deseo y pasión...
quiero que me devores en cada suave movimiento de tu cuerpo...
deja que me vaya  a tu lado...
que se unan en un mismo instante
el calor de tu interior en mi mas fuerte motivo de abrazo,
mientras temblamos por obtener
la dicha de ser dos en un solo cuerpo...
que mis dedos descubran en ti,
ese botón que se enciende
al simple roce de mis manos...
que me puedas tomar deseosa de cariño
al individuo que ha entrado en tu templo...
que nuestros cuerpos sientan
cada línea delgada de sudor
unirse en el mismo cause del rio amado...
si…. imagino!!
en cada detalle...
la forma de tu cuerpo...
beso con delicadeza tus botones.
 Mientras me interno
más y más.. Dentro de ti...
pensando como cabalgas en mis muslos...
mientras te toco por completo...
haciéndote hacia mi más y más rápido...
sintiendo como me mojas en el momento...
me dan ganas de tenerte conmigo...
de que estas palabras frías perdidas en tinta...
cobraran vida cada una de ellas,
que las oraciones, sean suspiros de pasión...

quiero mecerte mientras dormitas...
quiero tocarte mientras me miras..
quiero sentir que eres mía
mientras te beso
mientras te miro
mientras descansas..
mientras suspiras..
quiero tenerte una noche mía...
quiero que sientas que no termina..
deja mirarte, deja mimarte
deja besarte toda tu...
mientras respiras...






dibujos: de Boris Vallejo y Luis Rollo

viernes, 26 de noviembre de 2010

UNA NOCHE DE INVIERNO

Era invierno, hacia frió, y yo disfrutaba viajando en esta época del año.

 Tras años de sacrificio y trabajo por fin decidi Vender mi empresa por varios millones y me anime a tomar un año sabático viajando por el mundo, mis hijos ya grandes y la separacion desde hacia largos años de mi esposa me dieron la pauta para segir con mi deseo. Comencé mi expedición, conociendo los pueblos más recónditos de México. Aun estaba visitando algunos  pueblos del sur, cuando vi en la aproximación a una carretera que llevaba a la sierra, un hotel pintoresco en el cual Decidí hacer una parada allí, durante un día o dos y continuar posteriormente mi camino hacia el norte.

El hotel parecía tener varios siglos, estaba rodeado por grandes árboles, y la única forma de acceder al hotel, era por un camino de terracería. El cielo amenazaba con una tormenta, hacia fuerte viento y un frió que me calaba hasta los huesos. Sin pensar mas, Entre a la recepción, había para mi sorpresa bastante gente ahí. Gente que parecía de buena posición económica. Un grupo posaba para tomarse una foto junto a una gran puerta, ésta daba a un jardín. Era un edificio amplio, tenia grandes paredes, y muebles tan antiguos que quizá debían valer una fortuna. Me acerque a la recepcionista y le pedí una habitación. A lo cual llamó al botones, quien tomo mi equipaje y me acompaño a la habitación 216. Esta era una gran habitación. Las paredes eran de piedra y en medio de la sala había una chimenea. Las ventanas y las puertas eran bastante modernas, y tenía instalado aparatos de aire acondicionado y calefacción. El botones me indico donde quedaba cada habitación y se quedo parado junto al equipaje esperando su propina.

-Tenga-Dije -¿Sabe el motivo por el cual hay tanta gente en el hotel?
-No sabe señor? Hoy tenemos con nosotros a Rachel Weisz, señor.
-¿Quién ha dicho usted?
-Rachel Weisz, señor. Una estrella de Hollywood. ¿A caso no sabe de quien le hablo?
-Me temo que no -Le di otro incentivo y me volví para contemplar la habitación. El se fue dando las gracias.

Me di una ducha y me cambie de ropa. Quería explorar el hotel a fondo, disfrutar de la estancia allí, ya que no podría seguir hasta que terminase la tormenta. Salí de la habitación y me dirigí a los jardines de la parte de atrás del hotel. Aun soplaba bastante fuerte el viento y pronto se pondría peor. Pensaba en eso, cuando me percate, que una joven pareja, seguramente unos recién casados se dirigían corriendo hacia la puerta.

-¡Como nos quedemos aquí saldremos volando! - Me dijo el joven a carcajadas, Yo me reí con ellos.

Ya ahí, pude observar lo precioso del jardín, era verdad que estaba algo descuidado, pero aquello le daba cierto toque de belleza al lugar. Me detuve en el centro del jardín, junto a una fuente sin agua. Me percate que no era el único en el lugar, había alguien más allí. Una joven, con un vestido blanco, estaba sentada al fondo del jardín, en un banco de piedra que casi ocultaban unos arcos de arbustos.

Me acerque al lugar y le salude -¡Hola! ¿Señorita, se encuentra bien?  -Ella no me volvió la mirada, quizá no me había escuchado bien. Me acerque un poco mas a donde estaba y me puse frente a ella.
-Señorita, ¿Se encuentra usted bien? -Levanto  la  cabeza  lentamente,  me  miro  con  duda  durante  un  momento  sin  decir  nada.  Titubeo  un  poco  y  me  dijo:

-¿Quién  es  usted?

Su  piel  era  pálida,  su  pelo  castaño  y  sus  ojos  color miel.  Tenía  unos  bellos  labios, que  carecían  en parte de  algo  de  color.  Su  figura  era  gentil  y  sus  movimientos  tan  delicados  que semejaba a los  pétalos  de  una  rosa  mecidas  por  el  viento.  Era  tan  bella  que  me  quede  eclipsado  por  unos  segundos.  Al  reaccionar  le  conteste:

-¡Oh!, perdón que mal educado soy, permítame  presentarme,  mi  nombre  es  George Summers, soy escritor y acabo de desempacar, ¿Y con quien tengo el gusto…?

-Es un placer Sr. Summers, mi nombre es  Isabella de Brigitte.  Dijo  con  una  amable  sonrisa.

-¿Qué  hace  aquí  pasando  frió? – le pregunte

-Bueno, no es  difícil  de  explicar.  Mi  marido  esta  allá adentro  junto  con  unos  amigos como puede ver,  Y pues, sus  modales  con  el  paso  de  los  años  han  ido  disminuyendo hacia mi!,  su  tendencia  a  ciertas  bebidas,  ha  aumentado  considerablemente. Y yo vengo aquí tratando de huir de el.
-Lamento escuchar  eso.  ¿Si usted quiere? durante  mi  instancia  aquí,  puede  considerarme su amigo, ¿si así lo desea prudente?.

-Gracias,  es  usted  muy  amable.

-¿Aceptaría  mi  invitación  para  tomar  un  café  dentro  señorita?

-Lo  siento,  pero  no.  Mi  marido  es  terriblemente  celoso  y  podría  montar  un  escándalo.  Sin embargo me gustaría verle  en otra oportunidad  Sr.  Summers -Dicho  esto  volvió  a  bajar  su  mirada  al  pequeño  huerto  de  flores  que  había  junto  a  sus  pies.  Entendí  que  buscaba  la  soledad  en  aquel  momento.  Algo  perfectamente  comprensible  después  de  lo  que  me  había  contado.



Entre al hotel y fui directo al restaurante pues moría de hambre, comí una  comida  bastante copiosa, y después  fui  a  la  sala  de  estar,  que  tenían  para  los  clientes.  Estuve charlando con  algunos  de  los  que  ahí presentes,  sobre  temas  de  actualidad  y  lugares de interés.  Me  quede ahí, hasta que todos con los que habia charlado se habían ido, no es que el lugar estuviera solo, simplemente que se me habían acabado las ganas de seguir conociendo gente, así que al estar por fin un rato a solas,  me  senté en un sillón que  había junto a la chimenea,  fue precisamente en ese momento cuando  apareció ella en el lugar.  Su  presencia  capto  la  atención  de  toda  la  habitación.  Es  como  si  todo  lo  que  había  en  la  habitación,  incluido  yo,  estuviéramos  allí  por  ella.

-Hola  George!!.
-Hola  Isabella,  ¿quieres  que  te  sirva  algo?
-Toma  una copa  de  coñac,  te  hará  bien.- Al  coger  la  copa  note  que  sus  manos  estaban  heladas, tuvo  que  haber  estado  fuera todo este tiempo y hasta este  momento se había introducido al lugar.
-¿Te  encuentras  bien?
-Si,  gracias.
-¿Qué hacías fuera, hasta esta hora?
-Como  te  he  dicho,  estoy  intentado  evitar  a  mi  marido.  Ha  tomado  demasiado y  esta  con  sus  amigos  gritando  y  jugando  a  los  dardos.

-Me  pregunto  ¿quien  será  tu  marido?- Ella  no  dijo  nada.  Nos  quedamos  en  silencio  mirando  el  fuego.  Yo  estaba  muy  cansado,  y  empecé  a  dar  pequeñas  cabezas.  Ella  advirtió  mi  estado,  y  se  quedo  fijamente  mirándome.
-George,  deberías subir a tu cuarto y recostarte.  Te  estas  durmiendo  aquí.
-No  importa,  me  quedare  hasta  que  te  vayas.
-Pues  entonces  nos  sorprenderá  la  mañana,  pues  no  tengo  intención  de  volver  a  mi  dormitorio, ¿me  comprendes?.
-¿Vas  a  pasar  aquí  la  noche?
-Si.  -Me  dijo  nuevamente  con  una  sonrisa.
-En  ese  caso,  te  deseo  buenas  noches  y  espero poder verte  mañana, que descances.
-Gracias,  igualmente  George.

Me  fui  a  mi  dormitorio,  medio  me  puse  el  pijama  y  caí  desplomado  sobre  la  cama.  Me  despertó  un  ruido  en  la  ventana.  Era  el  viendo  y  la  lluvia.  La  tormenta  ya  había  llegado  a  donde  nos  encontrábamos.  Me  acomode  en  la  cama,  y  me  dispuse  para  volver  al  sueño  cuando  creí  ver  la  silueta  de  alguien  sentado  en  el  sillón  que  había  enfrente  de  mi  cama.  Encendí  la  luz  sobresaltado,  y  recupere  el  aliento  cuando  pude ver,  que  se  trataba  de  Isabella.

-¿Qué  haces  aquí?  ¿Me  has  dado  un  susto  de  muerte?
-Disculpa,  no  ha  estado  bien  que  entrara  sin  avisar,  pero  no  te  quería  despertar.  Le  pedí  al  botones  que  me  abriera  la  puerta.  He  vuelto  a  discutir  con  mi  marido,  y  no  sabia a donde  ir.
-No  te  preocupes.  Puedes  pasar  aquí  la  noche.  Ahummm, ¿Estas  bien?
-Si,  algo  cansada.
-Puedes  dormir  en  mi  cama.  Yo  dormiré  en  el  sofá.
-No  podría  echarte  de  tu  cama.  Me  conformo  con  que  me  hagas  un  hueco -Dijo  con  una  fatigada  sonrisa.
Lo  pensé  durante  un  momento.  Pero  dado  que  eran  casi  las  cuatro  de  la  mañana,  accedí  a  su  petición.  Nos  metimos  los  dos  en  la  cama.
Brigitte mientras  acariciaba  mi  cara  con  su  mano.
-¿Todavía  tienes  frió?
-Si,  no  consigo  entrar  en  calor.
-Acércate.

Juntó su  cuerpo  junto  al  mió,  imagine que tuvo  que  haber  vuelto  a  salir  al jardín después  de  la  discusión.  La  estreche  entre  mis  brazos  para  que  entrara  en  calor.  Tiernamente puso  su  mejilla  junto  a  la  mía,  quizá fue la soledad, realmente ¿no se que sucedió?  Despacio  fue  acercando  sus  labios  a  los  míos. Su aliento era tan dulce y su perfume tan embriagante! Que no  pude  resistir más la tentación de probar de ese néctar que se encontraba frente a mí  y le  bese con gran pasión.  Ella se  movía  con  delicadeza por entre mis brazos.  De poco  a  poco percibí como ella iba  perdiendo de su cuerpo aquel frío gélido, que hasta hace algunos instantes mantenía en su cuerpo,  yo iba  entrando  en  calor con cada uno de sus movimientos. Podía percibir entre mis labios, como permanecía en ella aun el aroma a  jardín, el contacto  con  su  piel  era  tan  suave  como  la misma  seda. mis  manos se posaron en su  cintura,  mientras tanto, le  besaba  con  más  fervor a cada segundo, no quería desperdiciar ningún instante pensando en otra cosa que no fuera ella, así plena y entregada. Con mis manos nerviosas por la excitación,  levante el pliegue de su vestido pausándolo a cada respiro, así, lentamente, al mismo  tiempo que baje mis  labios  por su cuello, intentando extasiarme de tan delicioso manjar.  En ese momento, pude oír como unos leves  gemidos  afloraron  de  su  boca,  ya  mis manos inquietas le acariciaba sus muslos, y mis labios por fin habían llegado ahí, a sus delicados  pechos. 


Despacio subí su  vestido  hasta la  cintura,  mis dedos temblorosos se introdujeron cual ladrones del deseo en su ropa  interior,  la Venus que tenia en mis manos, guío su  mano por mi entre pierna, hasta tocar aquel bulto que crecía dentro de mi pijama, así, con sus caricias me invito a desnudarme también. Le tome de la cintura para tener una mejor perspectiva del asunto, mientras me despojaba de mi ropa, y ella hacia lo mismo con la suya, ya desnudos, separe  sus  piernas y acerque mi pelvis para que sintiéramos el calor de nuestros  cuerpos, no quise entrar en ella en ese momento! Quería saborear cada milímetro de su cuerpo, sin embargo frotaba despacio mis manos en ella, mientras  seguía  besándole los senos.  Tome con delicadeza sus muslos, Mi  pulso  se acelero perdiendo por fin el  control,  sin  detenerme  un  segundo  más,  puse  mis  labios  sobre  su  clítoris.  Le  bese tan  delicadamente  como solo a una dama debe besarse.  Después, con  la  punta  de  mi  lengua,  recorrí  cada pliegue de su  cuerpo de  arriba hacia a bajo, en cada uno de estos, su jadeo iba en aumento, lubrique con saliva uno  de  mis  dedos  y lo  introduje despacio, no quería romper el instante pletórico de pasión, de mas a menos lo  iba  sacando  cada  cierto  tiempo y así poder  seguir  excitándola, de  un  dedo  pasaron  a  dos.  Un  primer  orgasmo  tuvo  lugar  mientras  le besabacon  con delicadeza  y  empujaba  mis  dedos  hasta  el  fondo  de  su  entrepierna.

Me  hizo rodar al sujetar sus  manos  sobre  mis  hombros  para  ponerme boca arriba,  coloco  sus  piernas  sobre  mi  cintura,  y  comenzó aquel ritual,  esto es lago que  jamás  podré  olvidar.  Acarició  mi  mentón con su lengua y  con  pequeños  besos  fue  bajando  por  mi  cuello,  algún  suave  mordisco  escapo  de  su  boca  mientras  me  besaba.  Tomo con  sus  dientes  mi pezón derecho  y  con  la  punta  de  su  lengua,  sin  soltarlo,  fue  lamiéndolo  como  si  fuera  una  cereza. A eso,  Deslizo  su  lengua  por  mi  vientre,  como  si  estuviese  saboreando  mi  piel,  una  de sus delicadas  manos,  se  poso  en  mi  parte mas exitada  y  así delicadamente,  pero  con  afán,  fue  moviéndose  a  un  ritmo,  que  rozaba en la  perfección.  Sin  dejar  de  hacerme sentir bien atraía me atraia sin cesar entre sus labios, besándome alrededor, girándo de vez en vez, con su mano, incitándome a seguir mas aun, por fin y  apretando  sus  labios,  fue  introduciendome  en  su  boca.  Yo  agarre  con  fuerza  el  cabecero  de  la  cama,  estaba  a  punto  de  terminar.  Pero ella intuyéndolo,  me saco y como  si  de  una  danza  erótica  se  tratara,  floto  su  ardiente  entreperna en  mi  pelvis  subiéndola hasta mi  vientre.  apoyándose con  los  brazos  a  sus  espaldas,  dejose  reclinar  un  poco.  me  incorpore en ese momento  e  intente  imitar  su  posición.  Acerco  su  cuerpo al  mió,  facilitándome  la  entrada  en  su ya mojada danza podía ver como brillaba con la luz de las lámparas externas del hotel.  sostuve con mi mano su cintura y la acomode para por fin entrar en ese húmedo lugar llamado deseo,  la  hice mia   poco  a  poco,  ella se  movía  adelante  y  atrás.  Ella  era  éxtasis puro, pensé locamente que era la  mujer  de  mis  sueños,  era  la  reencarnación  de  la  pasión. La diosa del amor,

Cuando  alcanzamos  la máxima cúspide del  clímax,  se  abalanzo  hacia    y  comenzó  a  moverse cada  vez  más  aprisa.  Mi  pene  hervía  dentro  de  ella.  Su  cuerpo  temblaba  junto  al  mió,  y  como  si  todo  estuviera  dispuesto,  un  mutuo  orgasmo  tuvo  lugar.  La  mejor  experiencia  que  un  hombre  puede  tener,  ocurrió  en  ese  gran  hotel  en  medio  de  la  nada,  envuelto  por  el  sacramento  de  la  noche,  arrullado  por  los  árboles  que  danzaban  con  la  música  de  la  tormenta.

Caímos  rendidos  entre  la  pureza  de  las  sabanas blancas  y  tubo  lugar  la  llegada  de  un  segundo  amante,  ese  sueño  que al abrazarnos,  nos  acuno,  perdiendo la  conciencia  de  la  vida  terrenal,  para  adentrarnos  en  esa  maravillosa  vida  ficticia,  donde  ocasionalmente  sus  maravillas,  hacen  gala  de  presencia  en  noches  como  esta.

Al amanecer, el  cantar  de  las  aves  en  mi  ventana  me  avisaban  de  la  llegada  de  una  nueva  mañana.  El  sol  había  salido,  y  todo  tenía  aquel  brillo  que  deja  la  lluvia  como  regalo  a  su  paso.  Alargue  mi  brazo  en  busca  de  mi  amante,  pero  tan  solo  sabanas  y  mantas  fue  lo  que encontré en mi regazo.  Tuvo  que  haber  salido  cuando  aun  dormía, pensé  Seguramente,  regreso  al  lado  de  su  marido,  y así  intentar  no  levantar  sospecha alguna de nuestro desliz .

Me  levante, y me asome por el balcón,  la  vista  de  aquel  nuevo  resplandeciente  día,  me  dio  ánimos  para  continuar  mi  viaje. - ¿Querría  Isabella venir  conmigo?-pensé,  Tenia  que  averiguarlo.  Prepare  mi  equipaje y deje  todo  dispuesto  para  la  marcha.  Fui  al  jardín,  a  la  sala  de  estar,  recorrí  todos  los  pasillos  del  hotel,  pero  no  pude dar con  ella.  Seguramente había abandonado  el  hotel  por  la  mañana.  Fui  a  liquidar  mi  cuenta  a la  recepción y ahí pregunte  por  ella,  pero  nadie  la  había  visto.  Mientras  el  recepcionista  se  encargaba  de  pedirle  mi auto al valet. Mientras terminaban con la tramitación de la  cuenta, vi  junto  al  mostrador  a un  hombre  colgando  una  foto mas,  en  una  pared que estaba repleta de  ellas.  Me  acerque  a  el  para  contemplarlas,  parecían  fotos  del  hotel, así que le  pregunte  al  hombre:

-¿De  que  son  estas  fotos,  caballero?
-Son  fotos  que  hacemos  a  las  muchas  celebridades  que  vienen  a  este  hotel.  Hacemos  siempre  una  foto  de  ellas,  junto  con  la  gente  del  hotel  en  la  puerta  que  da  al  jardín.
-¿Y  de  quién  es  esa  foto?
-De  Rachel Weisz,  señor.
-Ah  si,  la  actriz, por fin recordé que había salido hace años en la película de la momia con Brendan Freazer.

Seguí  mirando  las  fotos  que le seguían a esa,  realmente  habían  pasado  grandes  celebridades  por  el  hotel.  Cada  foto  era  aun  más  antigua  que  la  anterior.  Casi  al  final,  las  fotos  parecían  tomadas  de  principios  de  siglo.  Mi  atención  quedo  fijada  en  una  foto  amarillenta,  de  una  joven  dama Fue  la  cara  de  esa  mujer,  la  que  quedo  grabada  en  mi  mente.  Hice  una seña al  hombre  que  colgaba  la  foto  para  que  se  acercara y me dijera ¿quien era ella?.  Muy  amablemente,  se  acerco  y  me  dijo:

-Oh!,  es  la  duquesa  de  Brigitte.  Sin  duda  alguna  la  foto  más  valiosa  del  hotel.  Por  desgracia,  también  el  suceso  mas  oscuro  de  este. -Le pregunte el ¿Por qué?- Durante  su  instancia  aquí,  su  marido  la  asesino  al  creer  que  ella  tenia  un  amante,  y  lo  sorprendieron  intentando  enterrarla  en  el  jardín  de  atrás.

Mi  cara  palideció,  la  habitación  me  daba  vueltas.  Mis  piernas  empezaron  a  temblar,  y  no  pudiendo  aguantar  el  peso  de  mi  cuerpo,  me  precipite  contra  el  suelo.  La  gente  que  había  presente,  se  coloco  a  mi  alrededor.  Me  preguntaban  ¿como  estaba? Que ¿que sucedía conmigo?, Mi  vista  se  nublo,  cada  vez  todo  fue  mas  oscuro  y  con  gran  esfuerzo  intentaba  que  mi  aliento  empujara  mis  palabras;

-¿Estaba  muerta? Me negaba a creer que ella estuviera muerta, me puse a llorar como un adolescente, al final, no supe como fue que me repuse, simplemente tome mis maletas y subí a mi auto!! Aun mi cuerpo tenia impregnada la fragancia de su piel!! ¿Quizás era yo aquel ser, predestinado a amarle? O simplemente ¿era yo, aquel amante que espero durante años? Aun no lo se! Pero en mi mente y mi cuerpo, guardo el recuerdo de aquel bello amor, que fortuitamente encontré cuando decidí entrar a aquel hotel y al que nunca jamás volví a visitar después de ese día!!!